Hace unos días fuímos a un concierto de SKA-P, un grupo español que me gusta y que se presentaba en una sala del centro de Bruselas. Fuí con mi marido, aunque en general los conciertos me agobian un poco por la cantidad de gente, por los empujones gratuitos e inesperados, porque por mi tamaño me pierdo la mitad del espectáculo y porque luego de cantar, bailar y saltar me da mucha pereza el camino a casa.
La sala de conciertos me encantó porque era más bien pequeña y tenía dos pisos como terrazas (como recuerdo que tenía el local de La Noche de Barranco). Nosotros compramos un par de cervezas y nos instalamos en el segundo piso, a la izquierda del escenario. El ambiente era genial, el sonido parecía bueno y la gente no paraba de llegar.
Mientras esperábamos el inicio y para no aburrirme me puse a mirar a la gente y a crear categorías.
Comenecé por los que había en mayoría, la «categoría adolescentes» :
- Grupo de chicas (donde siempre distinguía a una lindísima, una gorda, una achorada y otras dos mas bien normalitas),
- Grupo de chicos, que eran grupos mas heterogéneos (o todos eran gordos o flacos o feos o guapos),
- Duos o trios masculinos, pude identificar uno muy guapito con otro tirando para feo y/o un guapo gordo.
En la categoría jóvenes, que eran mixtos, estaban :
- Los «rastas», con cabellos largos, polos con la infaltable hoja de mariguana, las chalinas o gorros con los colores de la bandera de Jamaica.
- Los fanáticos que tenían polos, gorros, pancartas, pins y otros objetos con el nombre del grupo.
- También ubiqué a unos que denominé los «mas bien demasiado normales», aquellos que van a diferentes conciertos, sin identificarse hasta la médula y que en general son multiraciales y multiculturales…
…al definir mentalmente esta última categoría, inmediatamente y casi sin meditarlo me había incluído en ella, pero de pronto y dolorosamente me dí cuenta que NO, que ya NO, que a esa gente les saco por lo menos 10 años de ventaja, de experiencia bien vivida y que en general no me parezco a ellos (aunque quizá antes si me parecía).
Dejé a la gente en paz, no solo porque el concierto había comenzado sino porque el shock de la toma de conciencia fue muy fuerte, me di cuenta que el grupo de gente donde yo me hubiera colocado si no fuera yo, no solo no me gustaba mucho porque parecían espantar a los demás y adems porque eran minoría.
Noté que los que eran "realmente como yo" en el 2008, estaban en su mayoría ubicados en las terrazas, se mostraban menos exitados esperando el incio del concierto y en general tenían lentes, usaban cafarenas, tenían consigo sus carteras y sus abrigos.