martes, 7 de abril de 2009

Dolor normal...

Cuántas veces alguien formado para curar a las personas, se queda inmóvil frente al dolor ajeno?
Qué hace que alguien que tiene en sus manos el medicamento adecuado para acabar con el dolor de una persona, se niegue a dárselo?
Quién es capaz de dejar a un ser humano sufrir hasta el punto de estar dispuesto arrodillarse y suplicar por piedad?
Con qué derecho algún profesional de la salud con el poder decisión es capaz de escuchar los gritos de dolor de su prójimo sin hacer algo para aliviarlo?
Cómo un sujeto llega a convencerse que tiene el derecho de exigir a otro de soportar un dolor que nunca en su vida ha conocido, ni conocerá?
Dónde está escrito que soportar un dolor extremo hasta las últimas consecuencias está directamente ligado a la futura felicidad de otro?
Parir naturalmente está de moda y además está promovido por la OMS, por lo que a nivel mundial los hospitales usan, como indicadores de calidad de sus servicios de gineco-obstetricia, los porcentajes de partos naturales y de partos por cesárea. Esta tendencia pretende disminuir los costos y motivar al personal de salud a hacer un buen seguimiento de los embarazos. Esto hace que muchos médicos no solo propongan a sus pacientes esta alternativa, sino que la defienden y la imponen hasta las últimas consecuencias, llegando a situaciones incomprensibles.
Dar a luz naturalmente está asociado al dolor extremo, porque las contracciones son una forma de preparar al bebe y a la madre. Pero esta tendencia tan cool en apariencia significa muchas veces interminables periodos de dolor para las mujeres y la insólita adopción del rol de "todopoderoso" de parte del médico (a) de turno.
El personal de salud que interviene en un parto se comporta como si la palabra de la paciente no tuviera valor alguno y solo cuenta la opinión del médico/anestesista de turno. Ellos sin sentir lo que una mujer padece la animan a "seguir un poquito mas", a "soportar por el bebé", a "probar de lo que son capaces de hacer por sus hijos", a "aguantar porque esta es la parte más fácil del camino", a "seguir adelante porque al final todas las mujeres encuentran la fuerza".
Pero con qué derecho hacen eso?
Lo primero que pienso es en un castigo. Cada vez que escucho lo que hacen padecer a una mujer que va a dar a luz, me da la impresión que la estamos castigando: "querías un hijo, no?, " sufre calladita... la sarna con gusto no pica". Pero me digo que no, que no es posible, que esa no puede ser una razón.
Entonces puede ser que esta indolencia frente al dolor de una parturienta se deba a la inmunidad que les da nuestro instinto animal. Ese instinto nos permite olvidar la magnitud del dolor, nuestro cerebro no es capaz de recrear la intensidad del dolor voluntariamente. Entonces la pócima está servida: una vez pasado el trágico episodio y con la dosis adecuada de alegría por ver a un bebé recién nacido, pues ni visto ni vivido, entonces impunidad garantizada.
Otra idea un poco descabellada, es que exista en el inconsciente colectivo la convicción que las mujeres son más valientes que los hombres, que aguantan mejor el dolor, y que sobre todo las madres están predispuestas a hacer y soportar todo por sus hijos. Entonces los testigos del dolor de una mujer en trabajo de parto, se refuerzan entre ellos la idea de que si ellos resisten a la tentación de ayudar, entonces esa mujer se dará cuenta de que de verdad no le duele tanto, se callará la boca y hará lo que "sabe hacer". Será posible?.
En cualquier caso, el personal de salud que se ocupó de cuidar a mi hermana durante su parto debe agradecer a todos los santos habidos y por haber por el hecho de que yo estuviera atrapada a miles de kilómetros de distancia. Porque de haber estado presente cuando ignoraban su dolor, cuando osaban retarla a continuar sufriendo, cuando ganaban tiempo antes de aliviarla, si hubiera estado ahí, les hubiera roto el kiosco!!!!
… te pido disculpas en nombre de todos esos necios!!