miércoles, 28 de enero de 2009

Te molesta si fumo?

Cuando hablo con alguien que fuma mucho, poco o poquito, en general es capaz de contarme una graciosa y casi sentimental anécdota de su primer cigarrillo, de su primera inhalada. Pero los que se volvieron fumadores habituales no parecen no tener tan clara que situación marcó el momento en el que el cigarrillo se les hizo una necesidad, cuando se volvieron adictos a la nicotina.
A los 4 meses de vivir en Bruselas, pasé mi primera entrevista de trabajo, y entre muchas otras cosas quisieron saber si yo fumaba, yo muy orgullosa respondí que no, pero me di cuenta que mi afirmación no generaba ninguna reacción positiva en mi interlocutora. Cuando pregunté la razón del interés por mis hábitos, me explicó que si fumaba, cada día, además de las pausas habituales, tendría derecho a 3 pausas de 5 minutos para dejar mi puesto para fumar. Le dije entonces que si era así, que sí fumaba, porque no entendía como alguien, podría renunciar a esos 15min de hueving pagado.
Así fue como empecé a tomar consciencia de que por estos lares, los fumadores tenían todos los derechos y que los defendían como unos leones. Al caer en la cuenta de esto, me sentí muy orgullosa de que en Perú, aunque seamos muy tolerantes con los fumadores, cuando esos adictos a la nicotina se angustian y agobian, aun podamos exigirles que se aguanten sus ganas si el humo nos molesta. Quizá esa es también, una forma de ayudarles a reconocer que la imperiosa necesidad de fumar es un problema personal y que ellos deben resolverlo.
Cuando en Europa prohibieron fumar en el trabajo, los fumadores, exigieron zonas para fumadores dignas (nada de cuartitos minúsculos sin ventanas) y accesibles (no muy lejos de sus puestos, porque perderían mucho tiempo en desplazarse hasta ahí varias veces al día). Algunos meses después, las zonas para fumadores en el trabajo, aeropuertos y centros comerciales fueron suprimidas y tampoco era permitido fumar en restaurantes ni en discotecas. Frente a estos cambios, los fumadores se organizaron y aparecieron en la tele, hacían manifestaciones y exigían su derecho a no ser discriminados, es decir, a fumar en lugares públicos.
Yo entendía todo ese despliegue de energía y organisación como el mensaje de un gran grupo de personas que exigía a todo el resto, que acepten sin cuestionamientos su adicción, que los acompañen sin recriminaciones, que comprendan su angustia que los hace incapaces de controlarse y, que consientan en inhalar un humo que pone en riesgo la salud. Pedían y siguen pidiendo todo eso, pero no solo no dan nada a cambio, sino que además consideran que es una exageración eso del mal olor en la ropa, señalan que de algo debemos morir y que el cáncer de pulmón, de garganta y de lengua le puede dar a cualquiera, y que por último estamos violando su libertada de elegir su modo de vivir.
Pienso que el detalle engañoso con la habitud de fumar, además de que es una droga legal y socialmente aceptada, es que no es reconocida ni tratada como una adicción.
Pero que pasaría si estuviésemos hablando de adictos al alcohol? Acaso a los alcohólicos les dan tres pausas al día para ir a tomarse un trago?

Han escuchado a los ludópatas exigir que dentro de las empresas existan lugares dignos y accesibles donde gastarse el sueldo del mes?
Alguna vez los heroinómanos han osado imponernos mirarlos mientras se clavan una inyección en la vena?,
Las bulímicas han marchado en las calles pidiendo que los restaurantes tengan una zona donde se puedan dar sus atracones y unos baños adhoc para redimirse?.
Pues claro que no, porque todos ellos sí tienen conciencia de enfermedad, son conscientes de que dependen de algo y no se sienten cool viviendo así, no se sienten orgullosos de tener que someter a su familia y a amigos a las consecuencias de su adicción.
Es cierto que muchas veces somos cómplices de todos los adictos, decimos cosas como "solo se coquea en las fiestas", "aunque se emborrache los fines de semana en el trabajo es impecable" y nos hacemos los que no vemos cuando amigas o parientas dejan de comer durante días enteros, justificamos los estados de ausencias y cambios bruscos de humor si alguien no tiene sus anfetaminas a la mano.
Es cierto, hacemos todo eso, pero llegado el caso, cuando alguien intenta imponernos su dependencia, cuando deja que su adicción ponga en juego cosas importantes, somos capaces de decirles que busquen ayuda. Pero eso no pasa con los adictos a la nicotina, justo en el momento en el que las leyes los enfrentan a la gravedad de su adicción, no solo no la reconocen, sino que nos califican intolerantes y terminamos sentados en el banquillo de los acusados, sintiendo que quizá no tenemos el derecho de meternos en su vida aunque ellos se metan en la nuestra.
Yo fumo de vez en cuando, y en general no tengo una personalidad adictiva a nada y quizá por eso tenga esta opinión o quizá sea solamente porque mi marido ha dejado de fumar hace 27 días y sus períodos de síndrome de abstinencia han sido un calvario para mí!!

miércoles, 14 de enero de 2009

De que origen eres?

Esa pregunta me la han hecho muchas veces desde que vivo en Bruselas, y en general mi respuesta suele ser simple pero se va completando teniendo en cuenta a mi interlocutor de turno:

  • "de Perú"
  • "de Lima, Perú"
  • "de Perú, que queda en Sudamérica"
  • "de Perú, Sudamérica, soy latina"
  • "de Perú de donde vienen las mejores papas y los mas variados tipos de maíz del mundo, queda en Sudamérica"

En la siguiente lista intento mostrar la amplia gama de reacciones que han generado mi respuesta en personas de todo tipo :

  • "Claro, ya me parecía por tu tipo"
  • "No me digas… Sud América, no? Limitan con Chile y…?"
  • "Yo acabo de regresar de ahí, tu país es formidable!"
  • "Peruana? Pero si no tienes el tipo!! Yo hubiera jurado que eras de Algeria"
  • "Unos amigos acaban de regresar de ahí, se decepcionaron un poco del Lago Titicaca, pero dicen que Cusco y Arequipa son extraordinarios!"
  • "Ah!! Claro. Ya me lo imaginaba, tienes ese tipo de nariz…, la nariz así (señalando al centro de mi cara!!) esa nariz la tienen todos los peruanos"
  • "De ahí es ese grupo Sendero Luminoso, no?"
  • "Que maravilla!! Yo hago surf, y desde hace años sueño con las olas que solo hay en la costa de tu país, sabes? Las olas que vienen del lado izquierdo"
  • "Ah!! La capital Quito no? Yo siempre he querido ir, me parece un lugar tan exótico"
  • "Yo he estado ahí dos veces, de que parte del Perú eres?"
  • "Lima, no? Eso está en la costa del Océano Pacífico?
  • "Perú… De ahí vienes, ustedes son los que tuvieron al presidente extranjero que se fue llevándose todo a su país, no?
  • "He escuchado que ahora todo está mejor no? Que ya se puede viajar sin problemas, que han terminado con el terrorismo!
  • "Unos amigos estuvieron ahí y en el taxi que los llevaba del aeropuerto al hotel les robaron una maleta!"
  • "Ah!! No le vayas a decir a mi hijita que en tu país comen cuyes, ella tiene dos de mascota!"
  • "Si!! Claro que gracioso, no es por molestarte no, pero cuando estuve ahí todos eran más o menos de tu talla"
  • "Ah! Y ustedes que idioma hablan, portugués o castellano?"
  • "Ah, Perú… y en tu país las personas se visten así… cómo nosotros?"
  • "No me digas, yo he visto un montón de reportajes y siempre se ve a las mujeres vestidas con muchos colores, y muchas faldas!!, por eso tu te vistes así?"
  • "Perú… ustedes como hacen para viajar, para movilizarse. También hay carreteras como aquí?"

Mi reacción ante ese tipo de comentarios depende no solo de mi estado de ánimo, pero sobre todo de ciertas características del interlocutor (edad, origen, nivel socio-cultural, grado etílico en la sangre, etc) . Acá van algunas de mis respuestas, algunas más o menos agresivas, condescendientes, irónicas, sarcásticas, humorísticas:

  • "Mi tipo? Quieres decir que te parezco más una peruana de la costa, de la sierra o de la selva?"
  • "Mi nariz? Esa es culpa de mi madre, que me la pellizcaba desde chiquita y me la dejó así!"
  • "Anda y cuánto tiempo te quedaste?"
  • "Cuando quieras ir avísame y te pongo en contacto con amigos para que te orienten."
  • "Siiii!!! Creo que esas son las olas de Pico Alto, nunca me he atrevido a hacer surf, pero sé que es un paraíso"
  • "Si compras pasajes para Quito, corres el riesgo de no llegar a Perú directamente, pero nada pierdes intentándolo!"
  • "Anda!! Has escuchado lo que pasó con Fujimori? Si, un desgraciado es conchesu y no sabes cuanto le costó a nuestro país liberarse de….."
  • "Si no? Sabías que todos los que sobrepasan 1.60cm son exportados a USA?"
  • "Que pena que tuvieron esa experiencia, es cierto que hay zonas en las que hay que tener mucho cuidado"
  • "Si, hay mucha gente que se rompió el alma para que las cosas ahora vayan mucho mejor, conoces a María Elena Moyano?"
  • "Y cómo así escogiste el Perú para ir de vacaciones?"
  • "No, yo me visto así porque tengo muy mal gusto para combinar colores"
  • "Sí, aunque no lo crea tenemos muchas cosas de las que se ven por acá, imagínese que hay edificios con elevadores también!"
  • "La verdad es que nosotros conocemos lo que es vivir en guerra civil, la pasamos muy mal por un buen tiempo"
  • "Es que de ese lado del mundo, todo está lleno de color, el verde de la amazonía, los amarillos y anaranjados de las frutas, los rojos de las puestas de sol!"
  • "Hay algunas carreteras pero en general tenemos un eficiente sistema de lianas, pero en la sierra como las llamas no necesitan carreteras, pues no gastamos en eso"

De todas la repregunta que más me gusta es: "Pero si tu país es tan lindo, que te ha traído a vivir en esta húmeda, gris, fría y loca ciudad?"

Y en esos casos, mi respuesta siempre es la misma:

"es que desde que enamoré de un belga ya no puedo vivir separada de él…pero en algunos años regresaremos juntos a disfrutar del Perú"

miércoles, 7 de enero de 2009

Sube, baja en Paris 2009!




Mickey, Louka, Martha, Javier, Xavier, Gina, Crhistophe y yo recibimos el 2009 en los Champs Elysées (al día siguiente leí que otras 500 mil personas tuvieron la misma idea que nosotros!).
Llegamos a Paris el 30 para celebrar mi santo junto a viejos, nuevos y buenos amigos, como ya estábamos ahí pues era obvio que debíamos ir a esperar las 12 de la noche sobre la avenida más linda del mundo.
Cenamos en la casa de Gina, que vive en las afueras de Paris, éramos 6 adultos, un casi adolescente y un bebé de 9 meses en su maravilloso coche. A eso de las 11pm partimos bien comidos y con reservas para beber, decididos a aprovechar la gratuidad de los servicios públicos franceses para llegar nuestro destino. Con lo que no contamos fue con que el sistema de trenes y metros de París no da ninguna facilidad a los bebés en sus coches, ni a las personas con algún handicap ni a los ancianos. Eso significa que hay escaleras por todos lados (estas suelen ser muy largas y a veces muy empinadas), solo en algunos sitios hay escaleras eléctricas, los pocos elevadores que existen no funcionan y las barreras para dejar pasar sólo a los que tienen ticket son súper estrechas.
La noche del 31 de diciembre había miles y miles de personas que como nosotros se movilizaban por Paris aprovechando la gratuidad del metro para tomar todo el alcohol que quisieran sin deber conducir. Tratábamos de mantenernos juntos pero era muy difícil caminar en grupo y yo tenía como misión no soltar la mano de mi hijo, a pesar de enfrentarnos a gente de toda talla y edad, que estaba eufórica y no solo empujaban, si no que cantaban, zapateaban, se hacía controlar por la policía y sus perros, subían o bajaban a toda velocidad las escaleras normales y las eléctricas.
Yo disfruté mucho de ver tanta energía junta, me sentí acompañada, entusiasmada, y solo algunas veces en peligro.
Debido a la presión que ejercía la mano de mi hijo sobre la mía y por sus ojitos brillantes, comprendí que él estaba un poco asustado de la energía, sobre todo de los jóvenes agrupados por razas y colores (los africanos en general negros, los árabes diríamos que en su mayoría marrones como yo, y los japoneses o chinos ,amarillos y muertos de risa), de los policías que parecían muy grandes y demasiado serios en medio de tanta felicidad. Yo me prometí a mi misma no soltarlo para que su primer recuerdo de una noche en vela para recibir el año nuevo, no fuera feo.
La peor parte creo que se la llevaron los padres de Xabier, porque avanzar en medio de toda esa gente con un cochecito de bebé, era toda una hazaña. Para subir o bajar cualquier tipo de escalera necesitaban ser dos, no solo fuertes, sino con mucho equilibrio y paciencia para soportar a los que detrás se quejaban por el atolladero (creo que yo también me hubiera quejado, de no haber estado en el mismo bando!!).
Todo mejoró una vez que estuvimos frente al Arco del Triunfo, había mucha gente con gorros, luces de bengala, botellas y disfraces pero encontramos un lugar perfecto desde donde veíamos la Torre Eiffel y ahí brindamos, tomamos fotos y nos abrazamos sin problemas.
Si es cierto que uno pasa el año haciendo lo que hizo en los primeros minutos del primer día, mi marido y Javier se van a pasar el 2009 subiendo y bajando cosas, haciendo equilibrio en escaleras infinitas y poniendo cara de circunstancia frente a los reproches de miles de personas. Si es así, yo me la pasaré simplemente feliz!!!