lunes, 9 de junio de 2008

19 domingos en mayo

Al regresar de mi último paseo por Lima, mi padre, casi obligado, vino conmigo.
Como él es un especialista en encontrar buenas razones, coartadas y excusas para evitar viajar y/o pasar más de una noche fuera de su Lima querida, yo no quería hacerme ilusiones sobre su visita hasta verlo sentado conmigo en el avión, pero sucedió y estubo por estos lares durante un mes exacto.
Entonces se dió que cada mañana al despertarme encontraba a mi padre en el salón leyendo o viendo la tv, o en la cocina preparando algún jugo para él y para mí. Eso me recordaba un poco a los domingos cuando yo era niña y él se se quedaba en casa, se levantaba de la cama apenas abiertos los ojos (a eso de las 6 de la madrugada), iba a comprar pan recién salido del horno, empezaba a preparar el jugo y hacía ruído/nos llamaba para que nos despertemos a tomar desayuno.
También me hizo recordar otro poco a los domingos de mi adolescencia, cuando luego de levantarse, comprar el pan intentaba hacer el mínimo ruido al preparar el jugo para que no nos levantemos de mal humor y cuando nos sentábamos a la mesa a desayunar él ya lo había hecho pero se quedaba con nosotras unos 5min. solo para estar ahí.
Y así lo hacía acá también, se levantaba muy temprano, desayunaba, preparaba el jugo, se volvía a dormir, leía y se sentaba conmigo a la mesa acompañándome mientras yo desayunaba y conversábamos un largo rato.
Aprovechando su visita a Europa no solo se quedó en Bruselas conmigo, y viajó a Alemania, Suiza y Francia, creo que a él le gustaron las otras visitas, pero ahora que lo pienso esa es la causa de que fueran SOLO 19 domingos con mi padre, en este mayo del 2008.
Ahora cuando me levanto por las mañanas ya no está y lo extraño, pero sé que finalmente fueron 19 domingos en un solo mes y que de no vivir tan lejos y estar casada, quizá no los hubiese vivido nunca.

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