domingo, 1 de junio de 2008

Praline es una gata!!


Hace unos días Praline (bombóm de chocolate en francés) desapareció misteriosamente del departamento, así se llama mi gato, o mejor dicho la gata de mi esposo y mi hijo, porque ellos la escogieron, alimentaron, cuidaron, la hicieron jugar y cariñaron. Para ser más clara, fue mi hijo el que pidió, lloró, suplicó, prometió y pataleó por tener un gato y una vez en casa fue mi esposo el que se ocupó de todo lo demás… y eso sigue así hasta ahora. Praline es pequeñita, con ojos amarillos verdosos, carita de tonta y pelaje negro negrísimo, salvo por una minúscula manchta blanca en el pecho, es poco sociable y más bien arisca, le gusta que la cariñen pero donde a ella le da la gana y cuando se aburre te araña o muerde, o ambas cosas.
Cuando ella tenía 3 años más o menos se calló del departamento en el que Mickey vivía como papá soltero. Durante una tormenta parece que el viento la empujó y calló en picada desde el cuarto piso, luego de le debieron reemplazar algunos pedazos de hueso y cartílago.
Una tarde nos dimos cuenta que Praline no aparecía para maullarle a Mickey (lo hace unas 15 veces al día y lo va a recibir/despedir a la puerta, pero no hicimos nada asumiendo que estaba estresada por la presencia de mi padre en casa, pero la noche siguiente empezamos a inquietarnos. A mí en todo caso me asaltaron las dudas respecto a lo que debía sentir/hacer si efectivamente la gata había desaparecido: no estamos mejor sin un gato en la casa?… el presupuesto para la comida, arena y juguetes podríamos destinarlo a salidas a un buen resto !!… ahora que mi marido ya no trabaja en las noches no la necesito cerca para justificar cualquier ruido extraño a las 3 de la madrugada… si había nuevamente «saltado» hacia la libertad, era una señal de que no era realmente felíz ?… para parecer sensible, debería pensar en conseguir otra gatita inmediatamente?… y si la habían operado mal y se ha escapado porque estaba en celo?
Y en esas estaba tirada en mi cama cuando escuché MAUUUUuuuuuu!!!!!…. efectivamente, Praline se había caído/tirado otra vez por la ventana, esta vez solo fueron 3 pisos y a juzgar por como se paseaba por el jardín de los vecinos (ufff !! no deberíamos reemplazar ningún otro hueso). Mickey entabló diálogo con la gatita que nos miraba y maullaba hasta que un gato callejero la espantó sin asco.
Dos días después (el domingo y el lunes feriado no encontramos vecinos dispuestos a habrirnos sus puertas para rescatar a nuestra mascota) Mickey volvió con Praline en brazos y con muchos arañazos en los brazos, barriga y hombros, yo verifiqué que no tuviera pulgas y que tomara agua y volvimos a la rutina sin mucho esfuerzo, sin culpas y sin decisiones incómodas.

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